Desde pequeños nos enseñan en la escuela que la naturaleza se basa en "la supervivencia del más apto", que para sobrevivir, todos los seres vivos debemos de competir constantemente con otros por el territorio y el alimento, que nuestra misión aquí es dejar nuestros "genes" a la siguiente generación al precio que sea y que los machos deben luchar por las hembras para reproducirse, que los seres humanos somos el animal más evolucionado producto de una serie de cambios progresivos desde "seres inferiores" que llevan sucediéndose desde hace millones de años, y un largo etcétera. Todo eso forma parte de una teoría que formuló un teólogo del Siglo XIX llamado Charles Darwin acerca de la vida en la tierra y otras cuestiones biológicas. Sin embargo, lo que nadie nos cuenta en la escuela, es que esta teoría tiene tanto rigor científico como la Biblia o el Corán, que más que una teoría científica es una filosofía de vida compartida por los ricos e influyentes de la época.
Esta teoría que parece inofensiva, y que se muestra como "la ciencia" en oposición a la religión, en realidad ha hecho tanto daño al ser humano como la peor de las sectas. Asociadas a ella hay cosas tan siniestras como la Alemania nazi, el colonialismo o la eugenesia. Es una teoría que dice que hay jerarquías en la naturaleza, que es natural que haya "más aptos" y "menos aptos", y que los primeros pueden hacer con los segundos lo que quieran. Pero, ¿es cierta esa visión de la naturaleza? ¿cuanto rigor científico tienen sus postulados?
Máximo Sandín es uno de los que, junto a un gran número de científicos a los que por alguna razón se pretende silenciar, se ha atrevido a arrojar luz sobre el asunto, investigando durante años acerca de la validez de la teoría, y la conclusión a la que ha llegado, es cuanto menos, interesante.
En este vídeo nos cuenta las conclusiones que ha sacado del darvinismo. Deberíamos de escucharle, a el y a los que como el tratan de sacarnos de una biología anclada en el Siglo XIX, ya que sus revolucionarias conclusiones podrían ser la chispa que encendiera la llama del conocimiento, y que esta llama arrojara luz sobre la biología, una ciencia cuyas bases hoy dia tienen más de ideología que de ciencia.